Evaluación y Rehabilitación Neuropsicológica: qué debo saber

Introducción

En sujetos con características especiales la evaluación neuropsicológica debe contemplar las posibles deficiencias, adaptándose a cada paciente. Para ello, la evaluación requerirá de una pertinente selección de pruebas y una delicada interpretación de los resultados, conociendo cuál es la disfunción concreta y si el sujeto es consciente del déficit [4,2]. Al igual, los instrumentos de medida deben ajustarse a una evaluación individualizada y minuciosa, ser fáciles de aplicar, flexibles y adecuarse a las características patológicas especiales de cada caso, así como a las variables sociales y culturales [4,2]. Antes de realizar la evaluación neuropsicológica se debe atender a una serie de características como:

  • Capacidad motora general
  • Capacidad para manipular y utilizar objetos,
  • Control visual,
  • Capacidad auditiva,
  • Coeficiente intelectual premórbido,
  • Actitud del paciente (ansiedad, depresión, apatía, etc.)

Ya que puede que el paciente no sea capaz de completar las pruebas estandarizadas debido a su escasa destreza en el manejo de miembros superiores, por mala visión, por dificultades en la comprensión verbal, por escasa capacidad atencional, etc. [4]. 

Adaptaciones visuales

En pacientes con problemas visuales, el neuropsicólogo puede solicitar la consulta de neurólogos y oftalmólogos, para determinar si el paciente puede ser examinado con tests que requieren precisión visual o debe adaptarse la evaluación a las características especiales del sujeto [4]. Así, una vez detectados los déficits visuales, deben utilizarse pruebas en las que predomine en su forma de aplicación la vía auditiva. No son recomendables tareas de lápiz y papel [4].

Adaptaciones auditivas

Los problemas auditivos por su parte, también pueden aparecer como resultado de una lesión cerebral.Los déficits auditivos aumentan con la edad, de tal forma que muchos pacientes con alteraciones neurológicas asociadas a la edad también pueden tener comprometida su capacidad auditiva. En el déficit auditivo congénito será de gran utilidad el recurrir a la colaboración de profesionales, intérpretes que conozcan el lenguaje de signos, la lectura labial, y la interpretación y emisión de gestos [4,2]. En la clínica diaria, se suele utilizar como test auditivo el rasgar un papel, el chasquido de los dedos o las uñas cerca de los oídos. El paciente que no percibe estos estímulos, puede tener importantes repercusiones en el examen cognitivo. Ante la duda se solicitará el estudio audiométrico [4,2]. En este caso, la exploración deberá estar basada fundamentalmente en tareas de lápiz y papel y en la forma de aplicación visual [4].

Adaptaciones somatosensoriales

Los déficits propioceptivos somatosensoriales deben ser igualmente evaluados. En el caso de deterioro de las capacidades táctiles, el paciente y la familia deben ser informados e intentar concienciar al paciente para las actividades de la vida diaria (conducir, manejo de tóxicos, etc.). Antes de tocar nada, el sujeto debe aprender que antes de utilizar el tacto, debe visualizar bien los objetos, utilizar el olor, etc. [4].

Adaptaciones motoras

El déficit motor, generalmente no supone tanto obstáculo en la evaluación estandarizada, como ocurre con los déficits sensitivos, aunque algunas capacidades como las constructivas, la escritura, etc., deben ser examinadas preferentemente cuando el paciente pueda utilizar su mano dominante [4]. En pacientes con alteraciones del movimiento no se pueden evaluar las tareas que requieren de movimientos coordinados finos y más cuando la mano está paralizada o espástica. En ocasiones se recurre a la mano no dominante, pudiendo aparecer lentitud. Los déficits periféricos, deben ser tenidos en cuenta desde las primeras fases de la evaluación para que no sean un factor contaminante de los resultados [4].

Existen a nuestro alcance muchos instrumentos de evaluación neuropsicológica que en muy pocas ocasiones ofrecen baremos, ni formas de aplicación, adaptados a los diferentes casos [4]. En la práctica clínica habitual se siguen utilizando los mismos instrumentos de evaluación estandarizados en personas sordas que los que se utilizan, por ejemplo, con población oyente, sin tener en cuenta datos normativos referentes a esta población. Sería conveniente la elaboración de instrumentos de evaluación del estado mental adaptados al déficit, para conseguir una adecuada valoración cognitiva en estos sujetos [4,2].

Por su parte los tests específicos, especialmente elaborados para el estudio de determinadas funciones cognitivas: lenguaje, memoria, praxias, gnosias, etc., permiten una aproximación al estudio cognitivo de los sujetos con déficit sensitivo y/o motor. Es a través de ellos y seleccionando los más adecuados -por su forma de aplicación y modalidad de respuesta por parte del sujeto- como podremos abordar la funcionalidad cognitiva general del sujeto [4]. 

Test de valoración

A continuación, se presentan algunos tests de utilidad en la valoración neuropsicológica de funciones generales en sujetos con déficits auditivo.

Déficits auditivos

  • Subtest de aritmética del WAIS (Weschsler, 1981)
  • Stroop Test (Stroop, 1935)
  • Trail-Making (Army Individual Test Baterry, 1944)
  • Figura compleja de Rey. (Rey, 1987)
  • Test de Matrices Progresivas Raven (Raven, 1960)
  • Test de retención visual de Benton (Benton, 1988)
  • Tests de Vocabulario de Boston (Kaplan, et al, 1986)

Déficits visuales

En caso de déficits visuales, estos test pueden servir de cara a la valoracion de diferentes funciones.

  • Retención de dígitos (Weschsler, 1981)
  • Test de ejecución de memoria / localización de trazos
  • Batería Halstead-Reitan (Reitan y Wolfson, 1993),
  • Apartados del Test Boston para el diagnóstico de la afasia y trastornos relacionados (vía de aplicación auditiva),
  • Finger-tapping Test (Halstead-Reitan) [4].

Estudio observacional

Sin embargo, en ocasiones la deficiencia sensitiva y/o motora es tan intensa que la única opción es recurrir a la evaluación funcional. De esta forma, se realizará un estudio pormenorizado y observacional de diferentes tareas, analizando los componentes básicos [4]. En otros casos, es útil recurrir a pruebas paralelas para sustituir tests que incluyan dibujos o modelos que no pueden ser utilizados en determinados pacientes. Sin olvidar que generalmente las formas alternativas de un test original, ya no miden lo que en principio se pretendía y el examinador tiene que ser consciente de ello [4].

Uso de dispositivos electrónicos

En ocasiones, también es útil la utilización de ordenadores y nuevas tecnologías en la evaluación y rehabilitación cognitiva, que pueden ayudar a través de diferentes programas y adaptaciones. Una de las principales ventajas que podemos destacar es que la presentación de estímulos, con la posibilidad de inclusión de movimiento o sonido, resulta más atractiva. El uso de dispositivos táctiles es altamente motivador por lo que, aprovechando técnicas y dinámicas propias de los juegos y el ocio, se pueden diseñar actividades que resulten muy motivadoras para los participantes [4,1].

La posibilidad de incrementar la frecuencia y calidad de las situaciones en las que se produce el entrenamiento es precisamente uno de los puntos fuertes de las aplicaciones informáticas. La obtención de un feedback rápido dependiendo de la ejecución de la tarea fomenta el dinamismo y facilita el aprendizaje. Además, la creación de estímulos complejos y entornos de estimulación similares a los de la vida real facilitan la generalización o transferencia de los aprendizajes al entorno de la persona [1].

Otro aspecto interesante es que muchas de las aplicaciones permiten ser configuradas y personalizadas fácilmente. De esta forma, se pueden adaptar a a las necesidades individuales de cada persona. Otras ventajas son el registro de datos y la posibilidad de hacer un seguimiento de los resultados. Por otra parte, desde el punto de vista profesional, las apps ofrecen la posibilidad de compartir ideas y experiencias entre diferentes profesionales. Sin embargo, se debe tener en cuenta que en la actualidad se están utilizando multitud de aplicaciones que no fueron diseñadas específicamente como herramientas para el entrenamiento cognitivo [1]. 

Terapia asistida por animales

Por último, cabe nombrar, como herramienta para este tipo de situaciones, la estimulación cognitiva asistida con animales, que van añadiendo cada vez más una nueva dimensión a la rehabilitación neuropsicológica, sin reemplazar en ningún caso a las terapias convencionales, sino, sirviendo de gran apoyo, debiendo ser dirigida por un profesional especializado [3]. El animal, es el nexo entre el paciente y el terapeuta y es a través de su interacción como facilita el aprendizaje, la comunicación y la recuperación de las personas, con el objetivo de generalizar los resultados a todas las áreas de su vida [3].

Referencias bibliográficas

  1. Abril Abadín, D., Delgado Santos, C.I., Pérez-Castilla Álvarez, L. (2015). Apps gratuitas para el entrenamiento cognitivo y la comunicación. CEAPAT-IMSERSO
  2. Daza González, M.Y., Guil Reyes, F.G., López López, F., et al. (2011). Evaluación Neuropsicológica en niños sordos: Resultados preliminares obtenidos con la batería AWARD Neuropsychological. 9(24): 849-868.
  3. Elipe López, I. (2013). La terapia asistida con animales: una nueva dimensión en la rehabilitación neuropsicológica. Neuropsicología.
  4. Perera, M.V. Evaluación del deterioro cognitivo en sujetos con déficits sensomotores.

3 comentarios de “Evaluación y Rehabilitación Neuropsicológica: qué debo saber

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