Adherencia al tratamiento: cuestiones claves

Adherencia al tratamiento: cuestiones claves

Introducción

La OMS considera la falta de adherencia a los tratamientos crónicos como un problema de salud pública; considerando muy rentable invertir en mejorar la adherencia. La adhesión al tratamiento si bien es cierto que depende del paciente también depende del médico o del profesional sanitario. En 2004, la OMS adoptó la definición de adherencia postulada por Haynes y Rand de 1979 y 1993, respectivamente: “la adherencia terapéutica es el grado en que el comportamiento de una persona  se corresponde con las recomendaciones acordadas con un prestador de asistencia sanitaria”. De lo anterior, se puede concluir que la adherencia requiere la conformidad del paciente pero no tiene que ser pasiva. Por ello, que se prefiera el uso de la palabra “adherencia” al de “cumplimiento”. La adherencia incluye una multitud de conductas, no solo la prescripción médica, sino también tomar parte en el programa de tratamiento y continuarlo hasta desarrollar conductas de salud, evitar conductas de riesgo, acudir a las citas con los profesionales de la salud, tomar correctamente la medicación y seguir adecuadamente el régimen terapéutico.

Prevalencia

Se estima que alrededor del 30% de los medicamentos son formulados en adultos mayores o ancianos, pero cerca del 50% de ellos no siguen los esquemas de tratamiento prescritos. La no adherencia al tratamiento es un problema que se presenta en todas las edades, se observa en casi todos los estadios de las enfermedades crónicas y tiende a empeorar a medida que el paciente lleva más tiempo con la terapia. La Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria (SEFH) calcula que el 40% de los pacientes no se medica correctamente. Ello supone ingresos y visitas médicas y tiene un coste tanto en vidas como económico, estimado en 18.400 muertes prematuras y 11.000 millones de euros al año. Según datos de la SEFH en Europa esta falta de adherencia puede costar hasta 125.000 millones de euros y contribuir a la muerte prematura de 200.000 personas al año. A nivel mundial se estima que hay unos 150 millones de pacientes crónicos y para 2030 se espera que la cifra aumente a 171 millones. 

Causas de la no adherencia

Cuando no se sigue el tratamiento prescrito se suele culpar de ellos a los pacientes, a pesar de que hay pruebas de que los profesionales sanitarios y los sistemas de salud pueden tener una gran influencia sobre el comportamiento de los pacientes al respecto. Las más representativas están relacionadas con:

  • El paciente: creencias, intromisión del tratamiento en la vida diaria.
  • Factores ambientales: aislamiento social, creencias sociales, mitos en salud, la actitud de la familia y/o grupo social.
  • Factores asociados al medicamento: procesos crónicos, polifarmacia, dificultad del esquema de la dosis, dificultad en la vía de administración, efectos secundarios.
  • Factor de interacción médico/paciente: los profesionales de la salud pueden contribuir a una pobre adherencia prescribiendo regímenes complejos, fallando al explicar adecuadamente los beneficios y efectos secundarios, no dando importancia al estilo de vida del paciente o al costo del medicamento y teniendo una pobre relación con ellos.

Los niveles más bajos de adherencia se dan en pacientes con enfermedades crónicas, en enfermedades en las que no hay un malestar o riesgo evidente y en las que requieren un cambio de estilo de vida. La multimorbilidad convierte a las personas con enfermedades crónicas en polimedicadas. La excesiva terapia dificulta su adherencia, con el riesgo de interacción entre medicamentos y suma de efectos adversos. Habrá una mayor adherencia si la dosificación es en monodosis, si la medicación es directa, como los inyectables, y cuando hay un nivel elevado de supervisión y registro. Asimismo, hay que tener en cuenta que cuanto mayor es la duración del tratamiento menor será la adherencia. La adherencia es inversamente proporcional al número de veces que el paciente debe tomar la medicación al día. 

Tipos de no adherencia

  • No adherencia previsible o errática: hace referencia a dosis perdidas por olvido, distracciones, regímenes cambiantes o a estilos de vida complicados. La forma más obvia de este tipo de no adherencia es el subempleo crónico en el que el paciente usa sistemáticamente menos medicación de la prescrita. Otro tipo es aquel en el que el paciente alterna entre la utilización plena con adherencia cuando el paciente se halla sintomático y de no adherencia cuando está asintomático.
  • No adherencia involuntaria: es aquella provocada por una mala comunicación con el profesional sanitario.
  • No adherencia razonada o inteligente: los pacientes cambian el tratamiento y piensan que es mejor lo que proponen ellos que lo prescrito debido a un sentimiento de sentirse mejor, por el sabor del medicamento, por los efectos secundarios o por el costo. 

Repercusión de la no adherencia

Compromete gravemente la efectividad del tratamiento. Usualmente exacerba los problemas de salud y la progresión de la enfermedad. Puede implicar un mayor número de visitas, aumentar el tiempo de recuperación, recaídas o incluso hospitalizaciones. La consultora IMS Health calcula que el mal uso de los medicamentos supone aproximadamente un 8% del gasto sanitario del mundo. El incumplimiento del tratamiento es la principal causa de que no se obtengan todos los beneficios que los medicamentos. Como consecuencia del incumplimiento surgen complicaciones médicas y psicosociales. Además, disminuye la calidad de vida de los pacientes y aumenta la probabilidad de aparición de resistencia a los fármacos.

Estrategias para mejorar la adherencia

  • Intervenciones de tipo educativa: el profesional debería evitar el lenguaje técnico y asegurarse que el paciente entiende el propósito del tratamiento y su duración.
  • Intervenciones conductuales o comportamentales: simplificación del tratamiento, ayuda mnemotécnica.

La OMS reconoce que el profesional puede tener un impacto significativo evaluando el riesgo de la no adherencia y realizando intervenciones para optimizarla. Para ello, es necesario tener un conocimiento o información sobre el concepto de adherencia y un pensamiento crítico en la toma de decisiones clínicas. Una buena información disminuye la ansiedad del paciente pero también se tiene que controlar que el paciente cumpla con las visitas acordadas con el profesional, debe hacer sencilla la agenda de dosificación y sugerirle el uso de cajitas organizadoras, alarmas, programando relojes o móviles. La familia, la comunidad y las organizaciones de pacientes son un factor clave para el éxito de la adherencia. En el caso de los niños, es importante involucrar a familiares y personal de la escuela para maximizar la adherencia al régimen terapéutico. Gracias a la preocupación de esta problemática, en España se constituyó en 2012 el OAT, cuyo interés es mejorar el cumplimiento terapéutico global, es decir, no solo al fármaco, sino también al cambio de hábitos de vida y autocuidado. 

Referencias bibliográficas

  1. Centro de prensa de la OMS (2003) El incumplimiento del tratamiento prescrito para las enfermedades crónicas es un problema mundial de gran envergadura, Ginebra, 2003, [fecha de consulta 08 enero 2018]. Disponible en: http://www.who.int/mediacentre/news/releases/2003/pr54/es/
  2. De Benito, E., El coste de saltarse la medicación (en línea), 2014 [fecha de consulta 08 enero 2018]. Disponible en: https://elpais.com/sociedad/2014/02/17/actualidad/1392668520_994434.htm
  3. Lago N., (2015), Adherencia al tratamiento, Tendencias en Medicina, año XXIII, n°46: 99-109.
  4. Martin L., (2004), Acerca del concepto de adherencia terapéutica, Revista Cubana de Salud Pública v30, n°4.
  5. Silva G., Galeano, E., Orlando J., (2005), Adherencia al tratamiento. Implicaciones de la no adherencia, Acta Médica Colombiana vol 30, n°4.

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