Comprendiendo la migraña

Introducción

En el trabajo, reuniones familiares y de amigos seguramente en más de una ocasión alguien ha mencionado, incluso ustedes mismos, que no se encontraban disponibles porque estaban con dolor de cabeza, jaqueca o migraña.

Si estas personas se quejan habitualmente estudios han determinado que además de lidiar con el dolor que altera su calidad de vida, también tienen que vérselas con un entorno que no los comprende y en el que a menudo se desconfía que su dolor de cabeza sea verdaderamente debilitante e incapacitante.

Así que aunque la migraña se conoce desde la época de Hipócrates (s.V a.C.) dentro de la sociedad no ha sido comprendida como lo han sido otro tipo de enfermedades.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que a escala mundial, hasta ahora los dolores de cabeza y las jaquecas o migrañas han sido subestimadas, se conocen mal y no reciben el tratamiento adecuado.

Socialmente los dolores de cabeza no son percibidos como problemas “serios”, debido tal vez, a que suelen darse de forma intermitente, no son contagios y no causan la muerte.

Con todo ello, muchos enfermos desconocen la existencia de tratamiento eficaz y se calcula que la mitad de las personas que padecen migraña se tratan ellas mismas (Cefaleas, OMS).

Definición

La migraña es un desorden neurológico incapacitante caracterizado por episodios de dolores de cabeza agudos de distinta intensidad, a menudo acompañados por mareos, vómitos, sensibilidad a la luz y a los sonidos.

Básicamente el día que toca migraña, si no se trata adecuadamente, toca aislarse del mundo en una habitación oscura o en el mejor de los casos ponerse unas gafas de sol, tapones para los oídos y no moverse mucho.

Prevalencia

Con ello pueden hacerse una idea de la repercusión de las migrañas en la vida diaria de las personas que las sufren. A nivel mundial se estima que hay un 12% de la población afectada de la cual su presencia en mujeres es 3 veces más que en hombres.

Con estos datos nos encontramos con unos 25 millones de afectados entre la Unión Europea y Estados Unidos.

De acuerdo a la frecuencia de los ataques la Sociedad Internacional de Cefaleas (IHS, International Headache Society) ha definido las migrañas como episódicas o crónicas.

Mientras que una minoría de pacientes presentan un caso por año o algún caso al mes (episódicos), un 50% tienen al menos dos al mes, un 25% tienen episodios de manera semanal y un 3% los sufren al menos 15 días al mes, considerándose migraña crónica.

Dada su condición incapacitante se encuentra entre los 6 desórdenes con más repercusión socioeconómica actual [1]. Además de la variabilidad en la frecuencia de episodios la migraña puede presentarse de diferentes formas y en intensidades variables.

Tipos de migraña

Principalmente hay dos tipos, la migraña sin aura y la migraña con aura. Ambas formas comparten ataques recurrentes con dolor moderado o severo de cabeza, nauseas e hipersensibilidad a la luz y al sonido.

La migraña con aura, además, está acompañada con anomalías visuales (destellos, puntos ciegos o zonas en sombra en el campo visual) sensoriales (hormigueo en lengua, labio y mejilla) y con menos frecuencia anomalías como dificultad de hablar y parálisis en la mitad del cuerpo.

El aura desaparece de forma temprana, entre 5 y 60 minutos, y viene seguida de la fase de dolor de cabeza.

El por qué se producen las migrañas aun está por determinar pero por los datos de los que se disponen es una enfermedad multifactorial, es decir, está desencadenada por varios factores.

Tener predisposición genética y otros factores no genéticos como la edad, fluctuaciones hormonales, estrés o cambios en los ciclos de sueño podrían generar susceptibilidad y desencadenar los síntomas asociados a las migrañas [1].  

¿Qué produce ese dolor recurrente?

El dolor de cabeza en la migraña parece estar asociado a un exceso de sensibilidad en un conjunto de nervios, el trigémino, y una respuesta de inflamación media por vasos sanguíneos, estando afectado el sistema trigeminovascular.

El trigémino fundamentalmente controla la sensibilidad de la cara en tres zonas: la zona oftálmica de las cuencas oculares, la parte del maxilar superior y la de la mandíbula.

Si hay algún tipo de problema celular mecánico, eléctrico o químico se activan los nociceptores (receptores del dolor) y se ponen en marcha vías para la eliminación del problema afectando a tejidos circundantes como el vascular.

En el caso de la migraña se ha visto que moléculas como el péptido relacionado con el gen de la calcitonina o CGRP están en concentraciones mayores a las normales haciendo la señal más duradera, sensibilizando éstas vías y produciendo dolor ante estímulos que normalmente no lo producen [1].

Es algo así como si el sistema de alarma en un coche se disparara sólo porque alguien pasara al lado del coche aunque no lo tocara. La alarma sería excesivamente “sensible” y no cumpliría su cometido.

En el caso de la migraña podría asemejarse a eso. La presencia de moléculas como el CGRP activarían vías de respuesta al dolor ante situaciones normales como cambios hormonales, de luz o sonidos. Los mecanismos exactos por los que esto ocurre todavía siguen en estudio [2].

Predisposición genética

Estudios de familias y gemelos han estimado que la migraña es heredable en torno a un 42%. Esto significa que no necesariamente va a ser transmitida de padres a hijos y que el grado en el que puede desarrollarse es variable.

El último estudio genético a gran escala que se ha llevado a cabo, tiene casi 60.000 pacientes y 300.000 sujetos sanos. En este estudio se ha comparado el ADN de ambos, pacientes con sujetos sanos. El objetivo, por tanto, ha sido localizar genes y cambios en la secuencia de los genes que sean específicos de la migraña.

Son los denominados estudios GWAS (del inglés, Genome-wide association study) cuyos resultados se podrían asemejar a determinar una paleta de genes que predispongan a padecer la enfermedad.

Gracias a esta metodología se han identificado en los pacientes genes con cambios pequeños en las secuencias (a esto se le denomina polimorfismos de secuencia simple, o SNPs) estableciendo factores de riesgo genético implicados en vías vasculares, neurotransmisión glutamatérgica, vías de señalización del dolor y del sistema de vascular.

Además, por primera vez hay zonas de riesgo genéticas ligadas al cromosoma X siendo un hallazgo de gran interés biomédico dada la asociación de las migrañas a las mujeres [3].

Un paisaje genético definido nos dará una visión de las posibles rutas y mecanismos implicados en la sintomatología de la migraña.

No obstante, es necesario determinar con otras investigaciones las interacciones entre estos genes o la regulación de los mismos. Todo ello nos permitirá aclarar por qué hay vías susceptibles que causan dolor en la migraña y así desarrollar nuevas terapias que mejoren la calidad de vida de los pacientes. 

Tratamientos actuales

El tratamiento en la migraña está enfocado a la mejora de la calidad de vida del paciente por disminución de la frecuencia e intensidad de las migrañas, lo que se denomina terapia preventiva, y terapia aguda enfocada a que el dolor desaparezca una vez iniciado.

El punto más crítico tras establecer el diagnóstico es elegir el fármaco y la dosis más adecuada para el paciente. Hay un amplio espectro de fármacos para la migraña que engloba desde analgésicos y fármacos antiinflamatorios no específicos, hasta algunos fármacos específicos de esta enfermedad.

Normalmente la práctica más extendida implica cambios constantes de medicación y ajustes de dosis para encontrar la mejor respuesta. Además, por supuesto, de evitar la sobre medicación, que es uno de los principales problemas en la migraña crónica.

El uso prolongado de algunos fármacos antiinflamatorios puede producir un “efecto rebote” incrementando los dolores de cabeza.

En ese sentido, el descubrimiento de moléculas como el CGRP implicadas en la sensibilización al dolor abre nuevas vías para la generación de fármacos. Fármacos encaminados a su bloqueo y hacer desaparecer esa sensibilización de la vía trigeminovascular.

Aunque actualmente ya se están investigando los efectos de estos nuevos fármacos en pacientes, aun no hay medicación disponible en el mercado [4].

Conclusiones

La migraña es una enfermedad en la cual se producen dolores de cabeza recurrentes. Dolores que suelen ir acompañados de nauseas, sensibilidad a la luz o al ruido, que incapacitan al paciente y le impiden que lleven una vida normal.

Se trabaja sobre la hipótesis de que los dolores de cabeza asociados a migraña se generan por un estado más activo y sensible al dolor. Todo ello, ligado al mal funcionamiento de redes específicas neuronales y procesos inflamatorios relacionados con los vasos sanguíneos del sistema trigeminovascular.

Los desencadenantes de las anomalías presentes en los pacientes no están claros, pero la predisposición genética y factores externos como las fluctuaciones hormonales, alteración del ciclo de sueño o estrés son algunos de ellos. Desenmarañar los mecanismos que las desencadenan es una prioridad y se han aportado datos sobre algunas moléculas candidatas como el CGRP.

Ésta es una nueva diana para desarrollo de fármacos que ya se están probando en investigación con pacientes. El tratamiento de las migrañas se aborda desde varios puntos dada la variabilidad en esta enfermedad.

Los expertos recomiendan la implicación activa del paciente para poder definir con precisión la clase de tratamiento más adecuado. Todo ello de acuerdo a los posibles desencadenantes personales y a las características de los episodios que se sufren.

Uno de los hábitos que recomiendan es llevar un cuaderno personal anotando los días de dolores de cabeza, duración del episodio, medicación, alimentación, horas de sueño, días del ciclo menstrual y posibles causas de estrés. De esta forma, tanto el paciente como el médico, pueden abordar más fácilmente una enfermedad que en muchos casos es difícil de llevar.

Referencias bibliográficas

  1. Ferrari, M.D., et al., Migraine pathophysiology: lessons from mouse models and human genetics. Lancet Neurol, 2015. 14(1): p. 65-80.
  2. Noseda, R. and R. Burstein, Migraine pathophysiology: anatomy of the trigeminovascular pathway and associated neurological symptoms, cortical spreading depression, sensitization, and modulation of pain. Pain, 2013. 154 Suppl 1: p. S44-53.
  3. Gormley, P., et al., Meta-analysis of 375,000 individuals identifies 38 susceptibility loci for migraine. Nat Genet, 2016. 48(8): p. 856-66.
  4. Underwood, E., A shot at migraine. Science, 2016. 351(6269): p. 116-9.

3 comentarios de “Comprendiendo la migraña

  1. José dice:

    Hola Dra. Le facilito una causa que sea descubierto recientemente de migraña. Compartiendo la hipótesis de la activación del sistema trigémino vascular como mecanismo patogénico de la migraña y complementando su hipótesis es que el estímulo del dolor que sensibiliza a las neuronas de primer orden del trigémino es un trauma causado en la boca. Sse presentó ente la Sociedad Española de Neuropediatría. Saludos. Enlace comunicación: http://eeahm.blogspot.com.es/

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