¿Qué es el Síndrome Amnésico?

Introducción

La memoria se define como aquel proceso cognitivo mediante el cual podemos codificar, almacenar y recuperar la información que es relevante para la adaptación del organismo al medio [2]. Sin embargo, no podemos afirmar que únicamente exista un tipo de memoria. Podemos codificar y recuperar información relativa al pasado o también información acerca de lo que tenemos que hacer en el futuro. Podemos recuperarlo de forma explícita o de forma implícita. Y podemos hacer referencia a la memoria de hechos y a la memoria de procedimientos.

La memoria puede sufrir diversas alteraciones, desde falsos recuerdos o reconocimientos hasta la imposibilidad de recordar información pasada, pasando por hipermnesias o incapacidad para aprender información nueva. La etiología puede ser muy variada. Dentro de las causas orgánicas podemos nombrar el efecto de algunos medicamentos o drogas, traumatismos craneoencefálicos, accidentes cerebrovasculares o el consumo prolongado de alcohol. Entre las causas funcionales podemos encontrar la presencia de un estresor intenso que nos impide recordar información personal importante. 

Conceptualización

En lo que nos ocupa en este artículo, el síndrome amnésico, se caracteriza por una alteración en la memoria permanente de forma global sin que se encuentren otros déficits cognitivos. [3] Este deterioro en la memoria se evidencia por una amnesia anterógrada y un grado variable de amnesia retrógrada. La causa siempre es orgánica. Basándonos en los criterios DSM, en la última edición se encuadraría dentro de los trastornos neurocognitivos debido a otra condición médica con afectación del dominio cognitivo de aprendizaje y memoria. Según los criterios de este manual de diagnóstico, se encontrarían [1]:

  • Evidencias de deterioro de la memoria a largo plazo
  • No ocurre en el transcurso de un delirium y no cumple criterios para una demencia
  • Relación con una causa orgánica específica que explica los déficits encontrados en las personas con este síndrome.

Además, siguiendo las características propuestas por Parkin y Leng encontramos [3]:

  • Memoria inmediata intacta
  • Semántica conservada en su gran mayoría
  • Procedimental conservada así como las habilidades motoras.
  • Anterógrada gravemente alterada tanto en la evocación como en el reconocimiento.
  • Retrógrada con afectación variable.

Amnesia anterógrada

La amnesia anterógrada sería la incapacidad para recordar información posterior al trauma o para aprender hechos e información nueva. Es la característica más representativa de este síndrome. A pesar de que tradicionalmente se pensaba que únicamente afectaba a la memoria episódica, en investigaciones posteriores se ha visto que la semántica también está afectada. [1] Las dificultades que podemos observar en estos pacientes están muy relacionadas con las tareas cotidianas. No recuerdan si han hecho algo o dónde han puesto las cosas, y pueden no ser capaces de recordar conversaciones que han tenido lugar momentos anteriores. Presentan además amnesia de fuente, es decir, la incapacidad para recordar dónde han aprendido algo.

Amnesia retrógrada

En el síndrome amnésico, la pérdida retrógrada suele estar presente en casi todos los casos, si bien no aparece de forma tan característica como la anterógrada. En algunos casos puede no estar afectada y en otros presentar un alcance muy variable. La amnesia retrógrada podríamos conceptualizarla como la incapacidad de recordar hechos anteriores al trauma. Sin embargo, tras investigaciones utilizando diversos tipos de pruebas directas e indirectas de memoria, se ha observado que la alteración consiste en la incapacidad para recuperar información de forma explícita o deliberada.

Etiología

Como hemos dicho anteriormente, el síndrome amnésico se debe a una causa orgánica. La enfermedad más conocida dentro de este tipo de alteración es el síndrome de Wernicke-Korsakoff. Está causado por un déficit de tiamina por abuso crónico de alcohol acompañado de malnutrición. Suele denominarse a estos pacientes “diencefálicos” debido a que este déficit vitamínico afecta a los cuerpos mamilares y a los núcleos del tálamo junto con atrofia frontal.

Primera fase

En la primera fase (encefalopatía de Wernicke) encontramos confusión mental generalizada acompañada de ataxia, oftalmoplegia, polineuropatías y nistagmus. La confusión se acompaña de desorientación temporoespacial e incapacidad de reconocimiento de caras familiares, dificultades en la atención y apatía. Si en estos momentos administramos grandes cantidades de tiamina, el cuadro puede detenerse, aunque no podrá volver al funcionamiento premórbido completamente.

Segunda fase

Tras pasar por la fase aguda de Wernicke, aparece la fase crónica de Korsakoff que caracteriza a este tipo de síndrome amnésico. Es en estos momentos cuando aparece la amnesia anterógrada y retrógrada que puede llegar a abarcar hasta 20 años atrás de la vida del paciente. Continúa la desorientación espacial y temporal, confabulaciones y falsos reconocimientos que se suponen como un intento de compensar los fallos mnésicos anteriores. A pesar de estos déficits, la memoria procedimental se encuentra conservada y puede existir un aprendizaje de tipo indirecto como el priming de facilitación y la adquisición de habilidades.

Causas

Otra de las causas del síndrome amnésico puede ser la extirpación o daño en áreas temporales [1]. En el ámbito de la neuropsicología es muy conocido el caso del paciente H.M. que padecía crisis epilépticas muy incapacitantes y fue sometido a la extirpación bilateral del hipocampo y amígdala. Esto le produjo una grave amnesia anterógrada con incapacidad para aprender cualquier tipo de información y una amnesia retrógrada de 3 años, con preservación de la memoria inmediata y de trabajo, a pesar de que olvidase las tareas que realizaba. Entre ambos casos podemos encontrar ciertas diferencias.

El comienzo en pacientes diencefálicos es insidioso y poco claro, ya que como hemos visto, comienza tras una fase aguda previa y el curso es gradual. El comienzo en pacientes con daño temporal es más definido y claro y se desarrolla de una forma más brusca. La amnesia retrógrada también muestra diferencias en ambos casos, teniendo un alcance de unos 20 años en los pacientes de Korsakoff y unos 2 o 3 años en pacientes con daño temporal. Las infecciones por virus que afectan a las áreas cerebrales mencionadas anteriormente, la anoxia que destruye grupos de células hipocámpicas, tumores cerebrales y accidentes cerebrovasculares también pueden estar en la base de este tipo de alteraciones. 

Teorías explicativas

Los diferentes estudios experimentales sobre el síndrome amnésico han girado alrededor de 3 tipos de teorías diferentes [1]. La primera de ellas sería la hipótesis del déficit en la codificación. En ella se postula que el paciente sólo lleva a cabo un análisis superficial del material presentado y no llega a la codificación semántica (profunda) del mismo. Esto provocaría el fallo en el recuerdo posterior.

La segunda teoría sería aquella que hace referencia al déficit en el almacenamiento. Teniendo en cuenta que los pacientes amnésicos muestran un rendimiento normal en las tareas de la memoria a corto plazo o en la memoria de trabajo, desde esta hipótesis se defiende que el problema reside la incapacidad de transferir la información desde la memoria a corto plazo a la memoria a largo plazo y por tanto no quedaría almacenada de forma persistente. Sin embargo, hemos visto que la memoria se puede recuperar de forma implícita en muchas ocasiones, lo que supone un argumento en contra de esta hipótesis.

En tercer lugar tendríamos la hipótesis del déficit en la recuperación. Esta última es la hipótesis más aceptada y en la que se ha basado la mayor parte de este artículo. Como hemos dicho, el déficit se encontraría en la capacidad de acceder a la información almacenada de una forma deliberada y explícita, mientras que el acceso de forma incidental o implícita se encuentra preservado.

Conclusiones

El síndrome amnésico se caracteriza por la presencia de alteración de memoria permanente, debido a una causa orgánica, con alteración en la memoria anterógrada y un grado variable de amnesia retrógrada, que se relaciona con la etiología concreta de cada caso. Sin embargo se ha comprobado que se conservan varios tipos de memoria como la memoria de trabajo y la capacidad de aprendizaje incidental, por lo que cabe destacar la importancia de la hipótesis del déficit en la recuperación del material para la explicación de los déficits, en detrimento de otras teorías como el déficit en la codificación o almacenamiento. 

Referencias bibliográficas

  1. Belloch, A., Sandín, B., Ramos, F. (2008). Manual de psicopatología. Madrid: McGraw-Hill.
  2. Carrillo-Mora, P. (2010). Sistemas de memoria: reseña histórica, clasificación y conceptos actuales. Revista de Salud Mental, 33 (1), 85-93.
  3. Ladera-Fernández, V. (2001). Síndrome amnésico postraumático. Revista de Neurología, 32 (5), 467-472.

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