¿Qué son los sueños lúcidos?

Introducción

Durante la actividad onírica, transcurren una serie de fases que desempeñan su función como actividad reparadora. Se puede dividir el sueño en una serie de fases con sus propias características.

En la primera fase de sueño (la denominada Fase I), se dan una serie de alteraciones que cambian con respecto a la vigilia como por ejemplo la desincronía del electroencefalograma (EEG) y pérdida de tono muscular.

Seguidamente, en la segunda fase del sueño (Fase II) se da una progresión de las características citadas anteriormente en la fase I; en las fases III y IV, que en conjunto forman lo que se conoce como “sueño de ondas lentas”, y que se caracterizan por un ritmo lento a la par que amplio del EEG acompañado de una pérdida de tono muscular acusada.

A mayores, existe una fase adicional conocida como REM (Rapid Eye Movement) en inglés o MOR (Movimientos Oculares Rápidos); también se le denomina “Sueño paradójico” porque, aunque el sujeto está aparentemente inactivo, en realidad se aprecia a través de registros que hay una gran actividad encefalográfica y que ésta está acompañada además de una actividad ocular extremadamente rápida.

Como neurotransmisor importante vinculado al proceso fisiológico del sueño se encuentra la serotonina, el cual en función de sus niveles (altos o bajos) en el organismo favorecerá el sueño o no; como centro neural importante e involucrado en el sueño encontramos los núcleos de rafe, una serie de estructuras del sistema nervioso que influyen en la cantidad de serotonina que se encuentra en el organismo [1, 2]. 

¿Qué es el sueño lúcido?

Dentro de cada una de las fases del sueño, existen diversas patológicas y anormalidades que afectan al susodicho. No obstante, existe un caso concreto el cual lejos de ser una patología que podría afectar negativamente a nuestras vidas representa una buena oportunidad para poder tener unas buenas ideas para una futura situación: el sueño lúcido. Bajo este curioso nombre se esconde una actividad dirigida en fase REM de sueño mediante la cual dirigimos nuestro pensamiento y se trabaja un sueño para dirigirlo hacia donde cada persona desee.

Gracias a este fenómeno, un sueño que puede ser producto de pensamientos que la persona ha ido teniendo a lo largo de diversos días puede contener la clave de resolución de un problema al aportarle en forma de sueño dirigido una nueva perspectiva o una nueva solución que anteriormente no había planteado. Para poder experimentar el sueño lúcido, hay que tener en cuenta que tienen que cumplirse dos condiciones primordiales: La primera de ellas es estar en sueño MOR para así poder generar la actividad onírica pertinente y lo segundo es el trabajar el sueño en estado de sueño, siendo conscientes que están soñando y que no despierten.

¿Qué ocurre durante los sueños lúcidos?

Durante dichos tipos de sueños, el cerebro de la persona tiene activadas una serie de áreas que le permiten llevar a cabo la dirección del sueño por el carril que ésta desea: Corteza prefrontal dorsolateral derecha, corteza frontopolar y precuneus principalmente. Es necesario constatar que todas estas regiones corticales no trabajan de modo independiente, sino que se organizan a modo de red neural que interactúa y trabaja de forma conjunta para llevar a cabo la dirección del sueño a voluntad del individuo.

Para poder constatar que esta red formada por estas regiones corticales, se empleó resonancia magnética para poder captar qué regiones están involucradas en los sueños lúcidos, quedando patente que esas regiones citadas anteriormente experimentaban un aumento de actividad en el momento en el que los sueños de este tipo se desencadenaban en los sujetos [3].

¿Cómo provocar el sueños lúcidos?

Una vez conocidas las regiones que están involucradas en el sueño lúcido, es necesario conocer los modos o las actividades que facilitan que se produzcan o propicien con mayor facilidad los sueños lúcidos. Una de las formas que existen para provocar dicha clase de sueños en las personas consiste en un método artificial de estimulación mediante el uso de descargas de corrientes eléctricas o simulaciones de corriente eléctrica que realmente no contenían electricidad; éstas eran aplicadas a los escasos segundos de que los pacientes entren en el sueño MOR. Se ha visto que tras la aplicación de estas descargas la posibilidad de aparición de esta clase de sueños se incrementaba de forma considerable en las personas en esta fase de sueño.

Sin embargo, también se pueden provocar (al menos se dice que se puede conseguir así) de forma natural sin necesidad de recurrir a descargas: Si se entrenan a las personas para detectar los contenidos absurdos de los sueños, y para ello se requiere un entrenamiento de las personas en autorreflexión, las posibilidades de aumentar la aparición de los sueños lúcidos se incrementan.

No obstante, es necesario mencionar que la capacidad de obtener los susodichos no se garantiza al 100% en todas las personas que quieran tenerlos, ya que no todo el mundo está en condiciones de poder experimentarlos y muchas de esas personas fracasarán en su empeño de tenerlos [4]. 

Conclusiones

Por último, concluir que los sueños lúcidos pueden tener una aplicación clínica que puede abarcar diversos ámbitos. Por una banda, los sueños de este tipo pueden ser empleados para problemas relacionados con el sueño, como por ejemplo para tratar pesadillas o ansiedad que afectan al sueño de los individuos.

Otro tema en el que los sueños lúcidos pueden ser útiles en el ámbito terapéutico es en la esquizofrenia, ya que en dicho trastorno psicótico existe una ruptura de la realidad con respecto al mundo real, y gracias al sueño lúcido la sintomatología se redujo y hubo una mejora por parte de dichos pacientes debido a que a mayor actividad del lóbulo frontal mayor mejora de la capacidad de poder discernir lo que es real de lo que es producto de su alteración psicótica.

Estando desvinculado del ámbito clínico y centrándose en el ámbito educativo, el uso de los sueños lúcidos también puede ayudar a mejorar el rendimiento de los estudiantes ya que con la mayor activación de áreas frontales se estimula la capacidad creativa de los alumnos, ayudándoles en en el aprendizaje de conocimientos académicos y mejorando de forma considerable sus habilidades imaginativas [5,6,7].

Referencias bibliográficas

  1. Carskadon, M. A., & Dement, W. C. (2005). Normal human sleep: an overview. Principles and practice of sleep medicine, 4, 13-23.
  2. Hornung, J. P. (2003). The human raphe nuclei and the serotonergic system. Journal of chemical neuroanatomy, 26(4), 331-343.
  3. Noreika, V., Windt, J. M., Lenggenhager, B., & Karim, A. A. (2010). New perspectives for the study of lucid dreaming: from brain stimulation to philosophical theories of self-consciousness. International Journal of Dream Research, 3(1), 36-45.
  4. Spoormaker, V. I., & Van Den Bout, J. (2006). Lucid dreaming treatment for nightmares: a pilot study. Psychotherapy and psychosomatics, 75(6), 389-394.
  5. Mota-Rolim, S. A., Erlacher, D., Tort, A. B., Araujo, J. F., & Ribeiro, S. (2010). Different kinds of subjective experience during lucid dreaming may have different neural substrates. international Journal of dream research, 3(1), 33-35.
  6. Schredl, M., & Erlacher, D. (2007). Self-reported effects of dreams on waking-life creativity: an empirical study. The Journal of psychology, 141(1), 35-46.

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