La vida desorientada: incapaces de comprender lo que nos rodea

¿Qué es la orientación?

La orientación es la capacidad para comprender aquello que nos rodea. Existen tres tipos de orientación: la espacial, la temporal y la personal, esta última la subdividimos en corporal y de vida.

  • Orientación espacial: La orientación espacial consiste en saber en qué lugar estoy, en qué calle, pueblo, provincia, etc.
  • Orientacion temporal: La orientación temporal consiste en saber en qué momento estoy, qué día de la semana, estación, año, etc.
  • Orientación personal: La orientación personal consiste en ubicar el espacio y el tiempo hacia la propia persona: saber cuál es su derecha, su izquierda, arriba y abajo, norte y sur, etc. La orientación personal de vida consiste en la orientación en la historia propia y del entorno fechas importantes, historia cultural, etc. [2].

¿Qué es la desorientación?

La desorientación podemos verla mucho en pacientes de daño cerebral y demencias. Cuando la persona está desorientada tiende a centrar su atención en explorar el entorno. Para ello, buscará en el entorno, señales que le den información de dónde y con quién está y qué hace en el sitio en el que se encuentra [2]. La desorientación espaciotemporal es uno de los síntomas tempranos de la enfermedad de Alzheimer. La desorientación espacial se relaciona con los déficits en el aprendizaje contextual que realizan los circuitos hipocámpicos y las alteraciones visuoperceptivas asociadas al deterioro frontoparietal [1]. Al principio, la desorientación se manifiesta ante lugares desconocidos, para acabar afectando al reconocimiento de lugares conocidos, incluidos los espacios de la casa en la que viven [1]. Los déficits en la memoria episódica y autobiográfica provocan muchos de los síntomas de la desorientación temporal que se observan en estos pacientes [1]. Es fundamental ayudar a la persona a orientarse lo antes posible porque de lo contrario, no se prestará la atención necesaria en los tratamientos de rehabilitación. En este sentido, la desorientación interfiere de una manera muy significativa en los procesos de rehabilitación y supone una barrera tanto en la recuperación como en su autonomía. Además, el tener la sensación de sentirse perdida hace que la persona sienta malestar y se vea afectada también la esfera emocional [2]. Por todo ello, uno de los objetivos primordiales de cualquier programa de rehabilitación neuropsicológica, y el que primero se debe abordar, es que la persona se oriente en espacio, tiempo y persona [2].  

¿Cómo trabajar la orientación?

A lo largo de los años se han desarrollado una amplia gama de herramientas que permiten acelerar el proceso de recuperación de la orientación. Sin embargo, hay que resaltar que muchos de los tratamientos para mejorar la orientación fallan porque se centran en que la persona aprenda aspectos que están constantemente en cambio como el día de la semana o el día del mes. Sin embargo, la recuperación es más rápida cuando la rehabilitación de la orientación se centra, en los primeros momentos, en aspectos estáticos del entorno, como el año o la estación, el nombre de las personas con contacto más estrecho o los lugares donde el usuario está diariamente [2]. Reforzando esta área se pretende que la persona reaprenda datos sobre sí misma y su entorno. Para ello, la presentación y repetición de la información por diferentes canales (verbal, visual y escrito) puede disminuir la desorientación y confusión del paciente. Podemos rehabilitar en orientación 24 horas del día, o bien en sesiones puntuales, estructuradas y sistematizadas, pero sí es conveniente que la estimulación se trabaje a diario [3].

Algunos ejemplos de tareas

A continuación ofreceremos algunos ejemplos de tareas para trabajar la orientación.

Las estaciones del año

Con el fin de trabajar la orientación en el tiempo y la atención, así como conocer las características de cada estación del año. Para ello, se puede hacer un collage con el paciente donde se reflejen por escrito las fechas en las que comienza y termina cada estación y los meses que comprende. Añadiendo también fotografías de paisajes, ropa y calzado que se usa en cada época, fiestas, etc. Si hay alguna fecha señalada para el paciente o su familia también se anotará [3].

Mapa de relaciones

Con el fin de reconocer y recordar relaciones y reforzar vínculos familiares o de amistades, así como de visualizar la evolución de las relaciones a lo largo del tiempo. Para ello, se anotarán los nombres de aquellas personas relevantes para el paciente y la relación que se tiene con ellas, a través de líneas de diferentes colores, según sea familia, amigo, del entorno profesional, etc. [3].

La actualidad

Para estimular el lenguaje y favorecer las relaciones sociales. Utilizaremos noticias del periódico o de la televisión y comentaremos los temas relevantes para la persona, pidiendo que dé su opinión sobre las mismas [3].

Las habitaciones

Con el objetivo de estimular la orientación espacial y reforzar el reconocimiento visual, así como trabajar la psicomotricidad fina. Se pueden escribir en diferentes cartulinas los nombres de las habitaciones de la casa, cada una con un color diferente, para posteriormente pegarlas en las puertas de la vivienda. Para ello, se pueden ir dando indicaciones del tipo: “¿Dónde está la cocina? Toma, pon este letrero en la puerta” [3].

Dibujo un reloj

Con la finalidad de estimular la orientación temporal, estimular la memoria y reforzar la capacidad visoespacial. Con el dibujo de un reloj en blanco, solo con los números, se le puede pedir al paciente que dibuje la hora que es en ese momento. Una vez que la persona marque la hora en el reloj, debe decir al profesional qué actividad hace normalmente a esa hora [3]. Además, aparte de algunas de estas actividades, por un parte, se recomienda trabajar con el paciente, el uso de calendarios y ayudas externas, así como técnicas de observación y validación [4]. Por otra parte, se recomienda adecuar el nivel de exigencia de los ejercicios al estado de salud que presenta el paciente en ese momento y a las diferentes discapacidades que pueda tener, simplificando las tareas a medida que avanza la enfermedad, por ejemplo, de Alzheimer [4]. 

Referencias bibliográficas

  1. Arnedo, M.; Bembire, J.; Triviño, M., et al. (2013). Neuropsicología a través de casos clínicos. Madrid: Editorial médica panamericana, S.A.
  2. Bilbao, A., Andrés, B., Flórez, C., et al. (2015). Guía de Productos de Apoyo para la Memoria. Madrid: Imserso.
  3. Llorente, I., Carmona, P., y Vázquez, N. (2008). Cuaderno de actividades para la Estimulación Cognitiva de Personas con Enfermedad de Alzheimer. Sevilla: El Adalid Seráfico.
  4. Pelaez, A. (2016). Ejercicios de orientación espacio-temporal- alzheimer. Recuperado de https://psicologamadrid-psicogeriatria.blogspot.com.es/2010/01/ejercicios-de-orientacion-espahtml

2 comentarios de “La vida desorientada: incapaces de comprender lo que nos rodea

  1. Monica Gispert dice:

    Muchas gracias por el articulo. Muy interesante. Quisiera pesir mas informacion sobre la desorientacion en personaa con deficit de atencion. Soy afectada en primera persona. Gracias

    • Carla Andreia Carvalho Gómez dice:

      ¿De qué tipo de desorientación hablamos? ¿Cuántos años tiene y de qué tipo de patología hablamos?.
      Un saludo.

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